martes, 19 de noviembre de 2013

retrato escrito

Y de repente te veo y me cuelgan estrellas de los dedos, se me caen de los ojos.
Las tiro todas y empiezan a flotar.
Café cortado cósmico recupera el sentido y la memoria, el impulso violento.
Dejo de preguntarme cómo se hacía esto y empiezo a preguntarme cómo puede ser que me haya olvidado.
Ya nada pesa tanto, los azules están y a veces no se van pero en general me puedo reir y quemarlos.
Me es raro contarte que estoy bien y que en el fondo todo está donde tiene que estar.
Pero así es.
Todavía me sorprendo todo el tiempo y espero que me pase por siempre.
Para siempre a veces es un segundo, dice el Conejo Blanco y recién ahora empiezo a entenderlo.
Aprendí que cada momento es un universo infinito y que cada persona es una gran cadena de pequeñas eternidades.
A veces molesta, pero puedo respirar y cada vez soy más paciente.

jueves, 29 de agosto de 2013



jueves, 8 de agosto de 2013

I'm staying

I'm staying with whole weeks without talking because you are going through some deep, dark, literary period if you stay with the two hour stories about how I reflect my childhood trauma in my drawings.
I'm staying with your broken emotional thermostat, always too cold or too hot, if you stay with my vast collection of messes.
I'm staying with things I can't stand you care so much about if you stay with the ones I really couldn't care less about. And viceversa.
I'm staying.
I don't know for how long.
But I'm staying whole, with every fiber of my being.
I'm staying until the very end of space.
I don't know for how long.
I never know for how long.

domingo, 14 de julio de 2013

High

- ¿Sabés qué me pasa a veces con vos?
Lo miré y miró para otro lado, frustrado. Suspiró, sabiendo que lo que iba a salir de mi boca era un monólogo acerca de mis sentimientos y lo increíble que es la vida en su presencia y todo eso. Y sí, yo también me cansaría de escucharme diciendo estas boludeces todo el tiempo. Por eso trato de escucharme lo menos posible.
- ¿Qué?
- A veces después de verte siento que entro como en un período refractario después de verte.
- ¿Un qué?
- ¿Viste que dicen que supuestamente la mayoría de los chabones después de acabar tienen como ese ratito donde no quieren que los toquen y solo quieren dormir y todo eso?
- Ah, sí.
Traté de encontrar las palabras más entendibles pero la idea me resultaba demasiado abstracta, me quedé calllada mirando las casas que se alzaban a nuestro alrededor y un par de las últimas nubes rosas que iban quedando. Se prendieron los faroles de la calle. Prendió otro cigarrillo y la idea que tenía en la cabeza y yo estábamos teniendo una acalorada pelea interna. Con la boca seca escupí lo que me salió. De todas formas me iba a olvidar de todo apenas saliera de mi.
- Bueno, eso. No se bien qué es pero a veces siento que después de verte no querría volver a verte y todo eso, no lo entiendo del todo pero creo que es algo así como un alejamiento que me pongo como para no acostumbrarme a la alegría, ¿no? Siento que quiero agarrar mis cosas, olvidarme todo y salir corriendo en la dirección contraria. Y me quedo, no entiendo eso. ¿Entendés lo que quiero decir?
- No, no entendí un carajo.
- Dejá, no importa.
Se hizo de noche y me sentí en París por unos segundos, los pies me dolían de estar apoyados en la realidad. Sabía que si me levantaba iba a salir volando. Me movía en el banco de madera y las tablas se movían conmigo. Me acordé de mi miedo a los juegos de plaza.

miércoles, 12 de junio de 2013

No quería tiempo libre de todas formas

No quería tiempo libre de todas formas, así que ocupalo todo lo que tengas ganas. Podemos emborracharnos y hablar de feminismo, puedo contarte de todos mis otros mundos que todavía no conocés. Si no querés hablar, podemos quedarnos en silencio y hasta dormir, si eso es lo que tenés ganas de hacer. No soy de lo más entretenida pero puedo ser una compañía decente, creo. De verdad, no necesito el tiempo libre ahora así que llevatelo. Tengo una cabeza que carga con demasiadas cosas y tener más tiempo para pensar solo es peor. Se me va cerrando la garganta y no puedo parar un minuto. Cuando necesite estar sola, te aviso pero por ahora ocupá los espacios de mi agenda cuando tengas ganas. Invadime algunos ratos ocupados y tediosos también. Siempre puedo encerrarme un rato en algún lado, siempre podemos escondernos un rato de todo lo demás. Minutos, años, no se, lo que pinte, realmente. Estoy planeando un escape y si tenés ganas de huir conmigo sería genial. No me voy a morir si no tenés ganas, eh, tampoco te creas eso. Ultimamente no me gusta estar acompañada pero supongo que con vos es diferente. No se cómo o por qué pero no me desagrada tu presencia. Así que nada, supongo que esto es un simple recordatorio de un par de cosas nomas.

miércoles, 29 de mayo de 2013

Lo mejor y lo peor

Lo mejor de los amores no correspondidos es esa sensación de pureza que tienen. También las mariposas que nunca se aburren y las noches enteras dando vueltas en la cama y proyectando futuros momentos juntos que nunca van a pasar. Lo mejor es saber que no, pero muy en el fondo, esperar que sí. Lo mejor es sorprenderse ante cada pequeño gesto. Lo mejor es ese calor cuando los ojos se encuentran y aparecen las sonrisas. Lo mejor es darlo todo sin egoísmo ni esperanza de recibir lo mismo.
Lo peor de los amores no correspondidos es cuando esos momentos tan ansiados pasan por alguna casualidad, y es obvio que para la otra persona no significaron lo mismo. Es saber que en este preciso instante la otra persona duerme plácidamente y vos rememorás ese momento hasta que te empieza a doler el pecho. Lo peor es sentir esa corriente que te llena todo el cuerpo cuando las manos se encuentran por accidente y que sea algo unilateral. Lo peor es querer preservarse y no poder. Lo peor es no querer acostumbrarse a ser feliz con algo que no es más que un par de frases fuera de contexto y nuestra imaginación. Lo peor es darlo todo sin egoísmo ni esperanza de recibir lo mismo.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Encontré en un cuaderno viejo tres frases que escribí el día después de verte por segunda vez. Las leí y volví en el tiempo. Me acordé cómo me sentía (y, mas importante, cómo no me sentía) en ese momento preciso. Ese día volví con ganas de convertirte en cuento, aún sabiendo poco y nada de vos. No se por qué no pude escribirte. Dejar la idea plasmada en un cuaderno y olvidarme, empezar a preocuparme más por otras cosas. Pero no pude quedarme con la idea y listo, tenía ganas de probar si la historia de verdad podría ser así y eso es lo que nos trae hasta este momento. Ahora mismo, estoy aguantándome las ganas de dejar esto acá y listo. Porque, no tengo ganas de ponerme con metáforas pelotudas, pero escribir un cuento es darle un final, abierto o no, a las cosas. Si no es ponerle un final es, al menos, marcar un cierre de una etapa. Y no me parece que haya un cierre acá. Así que ignorá estas vueltas que di. Solo quería decir que hoy te encontré en un cuaderno y eras un misterio todavía. 

sábado, 11 de mayo de 2013

Escalera

Trato de mantenerme alejada del cuaderno a riesgo de romperme.
Es claro que siempre es una palabra
y una más,
y otra.
Un torrente insoportable de todo lo feo,
lo terrible,
los miedos,
las inseguridades,
y los arrepentimientos.
Me alejo del cuaderno hasta que es demasiado y me rompo en una esquina.
En los brazos de alguien que no sabe qué hacer,
porque sí,
porque ya no aguanto más.
Y decir que renazco es una mentira.
Me siento bien,
temporalmente,
con suerte,
a veces.
Pero soy demasiado cabeza dura como para dejar de estar acá.
Todavía me quedan un par de conquistas,
lugares,
gente,
sueños.


martes, 23 de abril de 2013

Echo

You are not the person sitting next to me,
You are the space that's left and filled with magic.
You are not a human being,
You are an irrational idealization. 
You do not complete me,
You just fill what's empty in me with your emptiness.
You are not misteriously cool,
You are a sick sad story, like the rest of us.
You are not love,
You are an echo of it.

jueves, 18 de abril de 2013

Bruno

Bruno tiene ocho años y es el dueño de un silencio inmenso. No se lleva muy bien con los otros chicos pero tiene un mundo para él. No sabe como compartirlo y no está seguro de querer hacerlo de todas formas. En este lugar mágico las estrellas le hablan en idiomas secretos y las hadas y los duendes bailan en círculos alrededor de un lujoso trono improvisado con troncos y piedras cubiertas de musgo. Acá él es el rey. Pasaron los años pero, como siempre, lo esencial no cambia. Sigue siendo callado, curioso y más transparente de lo que le gustaría admitir. Es uno de los millones de niños que hay y eso está bien, todavía le falta entender eso. Y algunas otras cosas. Tiene un par de angustias muy pesadas, de esas que se ven a metros de distancia. Pero todo va a estar bien, yo, que soy una simple observadora, lo se.
Pasaron los años pero sigue teniendo una corona de flores y hojitas, todavía conoce los secretos de los árboles. Tiene historias de magia y rodillas raspadas, se le nota en el brillo de los ojos oscuros. 

domingo, 17 de marzo de 2013

.

¿Te acordás de esa noche que duró días enteros? Ese momento en el que ibamos recreando la última escena de Zorba El Griego, caminando por Defensa, buscando la parada que jamás encontramos. Se nos hizo de día. Y de nuevo de noche. Y la locura era increíble. Fuimos perfectos. Estábamos felices y cansadísimos. Cansados de cuerpo y alma. Me aventuraría a decir que ese fue el momento, creo que ahí escuché como me empezaban a florecer una enredadera en el interior y se iba apoderando de todo mi ser. O quizás no fue en ese momento. Como me dijo una amiga, mirando para atrás, es difícil encontrar el punto de quiebre en el que todo cambia para siempre. Que loco que todo cambie para siempre.
Me acuerdo de acostarme a tu lado y verte dormir. Pedirle a todo lo que es sagrado que esa noche eterna lo siguiera siendo para tenerte así por años. Sin embargo, creo que si esa noche hubiese durado más, no sería el recuerdo perfecto que ahora te escribo. Verte vistiéndote y rompiendo la burbuja perfecta que teníamos era necesario.

lunes, 11 de marzo de 2013

Brindis

Brindo por las malas decisiones, por seguir acercándose cuando lo coherente sería salir corriendo en la dirección opuesta.
Brindo también por juntar todo lo que rompimos y levantarse. Por seguir, porque solo así funcionan las cosas.
Por los malos entendidos, los caprichos, los amores y todos los borrachos con el corazón roto que entienden de lo que hablo. Por que la resaca de mañana sea soportable.

miércoles, 6 de marzo de 2013

La Fea

No me viste venir, es obvio. Es que era justo lo contrario de lo que esperabas, más graciosa que vos, más fuerte, extremadamente torpe y para nada tu tipo. Vaya una a saber por qué decidiste darme una segunda mirada en vez de ignorarme. El tema es que lo hiciste. Pensás en lo que van a decir tus amigos. Que pasaste de una modelo 90-60-90 a el bicho este. Que vos podés conseguir algo más decente. Pero no entienden, no entienden nada. Las conversaciones sobre temas que a ella le aburrían y las cosas que no sabía hacer. Dejá, ¿qué importa? Dame un beso y que todas las otras se pongan verdes de la envidia y hagan una lista detallada de mis defectos. Que los cuenten, uno por uno, sin omitir detalles. Que hablen, la gente habla demasiado. Sonriamos a los prejuicios y a la superficialidad. Hasta a vos te sorprende haberte salido de tu moldecito y lo sabés. Felicitaciones, ahora entendés como funciona la cosa.
Yo soy la fea que te va a hacer ver las estrellas y estoy acá para cambiarte la vida, mucho gusto.

lunes, 18 de febrero de 2013

La Bailarina

Ella y su vestido corrieron y giraron por la terraza llena de gente y mesas con pasos torpes, sin premeditación alguna pero no perdidos. Porque hay gente que sabe que ninguno de sus pasos es en falso, por más que tengan su final en el piso. Entre las miradas curiosas y algunas sonrisas la bailarina seguía volando, al compás de una música que sonaba a lo lejos. Era una tarde de domingo en Buenos Aires, bien podría haber sido una escena en celuloide pero no. Era acá y ahora. Era una celebración. Lo se porque esa bailarina era yo. Y te celebraba a vos. Celebraba tu sonrisa y tus ojos divertidos mirándome dar vueltas y chocando contra las mesas. Tu sonrisa se merecía un carnaval entero en su honor, pero por ahora te ibas a tener que conformar con un baile improvisado. Celebraba este tiempo, este espacio, este momento. Porque estábamos vivos y en el mismo lugar. La musica se terminó, volví a volar para tu lado y seguimos caminando sin decir una palabra, como si nada hubiese pasado. 

martes, 12 de febrero de 2013

Flores

Margaritas, narcisos.
Atentamente voy a observar el camino de las raices por debajo de tu piel y recorrer las venas verdes con la punta de mis dedos.
Quiero que cada rincón de tu cuerpo florezca y se llene de colores.
Pensamientos, rosas.
Te voy a aliviar cada vez que una nueva flor te empiece a desgarrar la piel para salir a ver el sol.
Jazmines, pasionarias.

lunes, 11 de febrero de 2013

Ellas.

A la carga contra todo lo que soy otra vez, tratando de herir al espejo. No grito, no pateo, solo me limito al silencio y la mirada ausente. A la voz atrapada en la base de la garganta. Lo pienso una y mil veces y lo hago: Salto. La caída es eterna. Aterrizo con fuerza sobre algo blando. Dos cuerpos. Dos personas. Empiezo a reconocer las caras. ''¿Sos pelotuda vos?'' escucho que dice una de mis voces favoritas. ''¿Qué te pasa? ¿No ves que estamos acá?''
Me río con todas mis fuerzas y después lloro. Y me vuelvo a reir. Y nada es tan terrible como para volver a querer tirarme. Me prometo que no va a pasar nunca más. No se si lo puedo cumplir pero se que puedo intentar un poco más.
Nunca supe agradecer sino de esta forma, perdón.

domingo, 27 de enero de 2013

Naranjas Amargas

Vivo en el mismo barrio hace más de diez años. En frente de mi casa hay una escuela a la que fui hasta hace un par de años y toda mi cuadra está adornada por naranjos. En otoño, los naranjos florecen y el perfume inconfundible me llena los pulmones. El otoño tiene olor a azahar. En primavera empiezan a crecer las naranjas. Los últimos mediodías del año escolar eran siempre celebrados entre naranjas voladoras, vidrios rotos y vecinas enojadas. Fuera de esas guerras, nunca probé una de esas naranjas. Me vine a vivir acá a los cinco años y desde aquella primera vez que estiré la mano para sacar una naranja y una vecina me dijo ''ni se te ocurra probar eso, esas naranjas son amargas y no se comen'' jamás probé una. Hoy volvía a mi casa y mientras caminaba por la calle pateaba una naranja caída. La levanté y le hice un agujero las uñas para ver qué tan terrible podría ser. Olía como cualquier otra naranja, se veía como cualquier otra naranja pero el sabor era espantoso.
Se supone que acá es donde debería haber alguna metáfora, moraleja o reflexión sobre naranjas, personas y demás. Pero no es así, es solo el cuento corto de un recuerdo, sin dobles sentidos, sin vueltas, solo el relato de la degustación de una naranja amarga. Perdón.

martes, 22 de enero de 2013

Gusto Adquirido

Sos un montoncito de cigarrillos consumidos, ojos rojos e insomnio.
Sos un encuentro no planificado y lleno de sol.
Sos un nudo de palabras en la garganta y unas inmensas ganas de que me dejes llorar en tu hombro.
Sos una canción que no me termina de cerrar pero me encanta.
Sos una siesta en el medio de la mugre.
Sos una promesa de cambiar las cosas pero no ahora, no todavía.

viernes, 11 de enero de 2013

200 km/h

Voy a doscientos kilómetros por hora, las horas se vuelven segundos y se que en cualquier momento voy a chocar. Siento que el momento está cerca, estoy a punto de romperme la cabeza contra vos. Voy llegando y rezo a todos los dioses que conozco para romperme la menor cantidad de huesos posibles, aunque el desastre sea inminente. Pido no golpearme contra una pared, pido chocar contra tu cuerpo y que sean las dos cabezas las que se rompan, pido que por un momento seamos una masa homogénea de carne, sangre, sentimientos, dolores y malas experiencias. De ahí en adelante veremos cómo podemos curarnos mutuamente.