martes, 19 de noviembre de 2013

retrato escrito

Y de repente te veo y me cuelgan estrellas de los dedos, se me caen de los ojos.
Las tiro todas y empiezan a flotar.
Café cortado cósmico recupera el sentido y la memoria, el impulso violento.
Dejo de preguntarme cómo se hacía esto y empiezo a preguntarme cómo puede ser que me haya olvidado.
Ya nada pesa tanto, los azules están y a veces no se van pero en general me puedo reir y quemarlos.
Me es raro contarte que estoy bien y que en el fondo todo está donde tiene que estar.
Pero así es.
Todavía me sorprendo todo el tiempo y espero que me pase por siempre.
Para siempre a veces es un segundo, dice el Conejo Blanco y recién ahora empiezo a entenderlo.
Aprendí que cada momento es un universo infinito y que cada persona es una gran cadena de pequeñas eternidades.
A veces molesta, pero puedo respirar y cada vez soy más paciente.

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