viernes, 22 de abril de 2011

Soñé que moría.

Nunca un sueño me angustió tanto. Soñé con mi muerte antes, muchas veces, pero nunca me dolía. Ahora es distinto, en mi sueño luchaba por mantenerme despierta, sabía que me moría, que en cuanto cerrara los ojos se terminaba la historia.
No me dolía la muerte en si, sino tu sufrimiento. En el sueño, yo sabía que después de abandonar ese cuerpo nacería en otro, pero no toleraba dejarte. Porque pensaba que después iba a nacer en otro lado, siendo otra persona, sin jamás volverte a ver, ni escucharte. El abandonarte me hacía luchar contra una fuerza imparable, algo más poderoso que yo; una muerte inevitable. Me aferraba al ultimo hilo de vida que me quedaba, ya tenso. Pedía con lo que me quedaba de voz que alguien te trajera, por favor, no podía morirme sin tenerte enfrente mío, pero por otro lado no quería que me vieras asi.
La angustia era enorme, el dolor de no verte... Ahora mientras lo escribo se me llenan los ojos de lágrimas.
Y ahí entendí: No tengo miedo a la muerte, sino a no tener el tiempo para disfrutar todo lo que sos.
Cada minuto es precioso, cada día es el último.

2 comentarios:

Patty dijo...

Es hermoso lo que escribiste. Es re triste, re sincero... super romántico. Me encanta leer sobre tu enamoramiento y sentirlo mio.

Besos.

Maleva dijo...

Coincido totalmente. Muy hermoso lo que escribiste !