lunes, 18 de abril de 2011

La hermosura y el dolor de la caida permanente.

Caer, es solo otra forma de volar, dicen por ahí.
La melancolía, la ausencia, la nostalgia, sentimientos fui entendiendo con el tiempo y aprendí a querer.
Una vez una persona muy sabia me dijo que con el tiempo y a medida que crecés, te van empezando a gustar las cosas agridulces, porque las comprendés de una forma distinta a como lo hacías cuando eras mas joven.
Entendés esa felicidad triste, ese nudo en la garganta y las lágrimas de miedo que se te acumulan mientras consolás a otra persona diciéndole va a estar todo bien, aunque no lo sepas en realidad.
Y a la vez sigo siendo una niña, entiendo la risa que pone fin a una pelea, el pequeño gesto que denota amor y más que nada, entiendo el no entender nada: el no saber el nombre de las cosas pero tampoco necesitarlo, el no medir con números.
Cada día que pasa, cada paso, cada decisión forma parte de tu historia, una historia que parece eterna, pero no lo es, así que es mejor que la disfrutes.
Ésta es tu vida, siempre estás cayendo, siempre estás volando. Disfrutá esa sensación de libertad que te da la caída, no te preocupes por el golpe, porque probablemente ni siquiera lo sientas.

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