domingo, 18 de septiembre de 2011

A veces repetís las mismas mentiras tantas veces que te las terminás creyendo. Siempre estás bien, creés en vos y te respetás. No se si me miento a mi misma o el tiempo me ayudó a ver que la mentira podría, con el tiempo, llegar a ser verdad.
Supongo que después de tantos años de decir que no me importaba, me dejó de importar.
Pero siempre vuelven esos demonios, que parecen tontos pero te hacen cuestionarte y destruirte tanto: ¿Por qué los otros chicos no jugaban conmigo? ¿Por qué siempre era la última elegida para formar equipos? ¿Por qué la gente fue, es y probablemente siga siendo tan cruel conmigo si nunca les hice nada? ¿Por qué me cuestan tanto las cosas simples? ¿Por qué siempre tengo esa sensación de no pertenecer? ¿Por qué nadie me habla? ¿Por qué tienen miedo de abrazarme? ¿Por qué si ahora todo está tan bien siempre mi cabeza quiere arruinarlo?
Hay tantas cositas pequeñas que se van sumando en esta montaña de basura que tengo que escalar mientras amenaza con derrumbarse encima mío. ¿Por qué?

1 comentario:

Dieguito dijo...

No voy a hablar de lo prejuiciosa que es la gente porque, por un lado es muy trillado, y creo que sos la que más lo sabe. De hecho no creo que sirva de nada esto, pero aunque sea sabés que lo leí y que te banco mu uu u u ucho, rly. Abrazismo.