miércoles, 29 de mayo de 2013

Lo mejor y lo peor

Lo mejor de los amores no correspondidos es esa sensación de pureza que tienen. También las mariposas que nunca se aburren y las noches enteras dando vueltas en la cama y proyectando futuros momentos juntos que nunca van a pasar. Lo mejor es saber que no, pero muy en el fondo, esperar que sí. Lo mejor es sorprenderse ante cada pequeño gesto. Lo mejor es ese calor cuando los ojos se encuentran y aparecen las sonrisas. Lo mejor es darlo todo sin egoísmo ni esperanza de recibir lo mismo.
Lo peor de los amores no correspondidos es cuando esos momentos tan ansiados pasan por alguna casualidad, y es obvio que para la otra persona no significaron lo mismo. Es saber que en este preciso instante la otra persona duerme plácidamente y vos rememorás ese momento hasta que te empieza a doler el pecho. Lo peor es sentir esa corriente que te llena todo el cuerpo cuando las manos se encuentran por accidente y que sea algo unilateral. Lo peor es querer preservarse y no poder. Lo peor es no querer acostumbrarse a ser feliz con algo que no es más que un par de frases fuera de contexto y nuestra imaginación. Lo peor es darlo todo sin egoísmo ni esperanza de recibir lo mismo.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Encontré en un cuaderno viejo tres frases que escribí el día después de verte por segunda vez. Las leí y volví en el tiempo. Me acordé cómo me sentía (y, mas importante, cómo no me sentía) en ese momento preciso. Ese día volví con ganas de convertirte en cuento, aún sabiendo poco y nada de vos. No se por qué no pude escribirte. Dejar la idea plasmada en un cuaderno y olvidarme, empezar a preocuparme más por otras cosas. Pero no pude quedarme con la idea y listo, tenía ganas de probar si la historia de verdad podría ser así y eso es lo que nos trae hasta este momento. Ahora mismo, estoy aguantándome las ganas de dejar esto acá y listo. Porque, no tengo ganas de ponerme con metáforas pelotudas, pero escribir un cuento es darle un final, abierto o no, a las cosas. Si no es ponerle un final es, al menos, marcar un cierre de una etapa. Y no me parece que haya un cierre acá. Así que ignorá estas vueltas que di. Solo quería decir que hoy te encontré en un cuaderno y eras un misterio todavía. 

sábado, 11 de mayo de 2013

Escalera

Trato de mantenerme alejada del cuaderno a riesgo de romperme.
Es claro que siempre es una palabra
y una más,
y otra.
Un torrente insoportable de todo lo feo,
lo terrible,
los miedos,
las inseguridades,
y los arrepentimientos.
Me alejo del cuaderno hasta que es demasiado y me rompo en una esquina.
En los brazos de alguien que no sabe qué hacer,
porque sí,
porque ya no aguanto más.
Y decir que renazco es una mentira.
Me siento bien,
temporalmente,
con suerte,
a veces.
Pero soy demasiado cabeza dura como para dejar de estar acá.
Todavía me quedan un par de conquistas,
lugares,
gente,
sueños.