Es como si todo bailara de repente.
Pero es solo mi cabeza jugando conmigo, es solamente un recuerdo.
Le doy el ultimo sorbo a mi taza, ya fría y un poco amarga. Tu taza sigue intacta y de repente me siento un poco tonta, toda arreglada lo mejor posible para esta pequeña fiesta de te con la nada, con el silencio.
Sin embargo no me desanimo del todo, voy a seguir preparando un té a tu salud, porque se que algún día te vas a sentar en mi mesa y voy a estar radiante, sin contarte de todas esas tazas de te que preparé. Pretendiendo que todas esas tardes donde te esperé y no viniste, jamás pasaron.

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