Ya tengo unas ojeras permanentes de tantas noches
soñándote y unas piernas cansadas de caminar en cualquier dirección para buscarte. Tengo unas manos que se agarraron de tus manos y con todo el dolor del mundo, las dejaron ir. Tengo unos labios que me queman desde tu partida y unos ojos que si lloraran, todos los días te dedicarían unas lágrimas. Tengo un cuerpo que duele cuando tus brazos no lo rodean y un corazón solo encuentra la paz cerca de tu pecho.
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