miércoles, 18 de abril de 2012
El camino se vuelve más borroso a medida que el tren avanza. Cae, un minuto más temprano que ayer, el sol. Volvés, como siempre, a la misma hora, de lunes a sábado. Siempre igual. Siempre igual menos hoy. No sabés bien por qué. Un único rayito de sol de este fin de tarde de Junio que está tibio como una caricia, la cara de paz de la persona que duerme enfrente tuyo, la canción justa, la cabeza de tu amiga apoyada en tu hombro, sí, la misma de siempre, pero no. Hoy no es igual. Todavía no encontraste el por qué. Se termina el tema y se escucha el ruido del tren, cerrás los ojos, tratando de develar el misterio. ¿Y si no hay misterio? ¿y si simplemente hoy es así? A lo mejor me acostumbré a estar mal y hoy abrí los ojos, pensás.
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