jueves, 16 de febrero de 2012


Cada vez que viajo tengo la misma sensación: me estoy olvidando algo y no se qué es. Esta vez, cuando te miré a través de la ventana mugrienta del micro, entendí. Esa impotencia de no poder bajarme para llenarte de besos y abrazos aunque sea un ratito más. Lo que me olvidé en la terminal era una parte mía. Ponele que te dejé mi corazón o un pedazo de mi alma o algo así medio cursi, porque realmente se sintió como si me arrancaran algo. Estoy en la ruta y cada kilómetro me aleja un poco más. Uno, dos, tres, novecientos treinta y uno. Catorce horas al sur de ida, catorce horas al norte de vuelta. De Río Negro a Buenos Aires, atravesando La Pampa. Ahora vos estás en tu casa y yo en la mía. ¿Quién dice que estamos demasiado lejos? Hay que ser muy ingenuo para creer que vos y yo alguna vez vamos a pensar que una distancia entre nosotros es ''demasiado lejos''

1 comentario:

Dieguito dijo...

Ay Ramoncita querida, lo linda que sos; lo lindos que son.
Considero loable su relación, realmente.
Fin de la transmisión.