domingo, 10 de julio de 2011
Analepsis
¿No te pasó alguna vez mirar una foto muy vieja y que cobre vida en tus manos, llevándote de vuelta hasta ese momento? ¿Nunca te volviste a entretener con algún juego de tu infancia y te sorprendiste dándote cuenta que recordabas las reglas al pie de la letra? Y evocás la casa de tu infancia, con un árbol que veías enorme y ahora no es tan grande, una hamaca y flores blancas. El olor a tierra húmeda y el colchón de hojas crujientes y marrones en el que te tirabas para buscar formas en las nubes. Te acordás de las risas y de todos tus cumpleaños en esta película tan nítida que ahora pasa a toda velocidad por tu cabeza. Recordás la música que salía de la radio de tu abuelo, mientras trabajaba. Millones de cosas que te habías olvidado y aparecen de repente, tan claras que te hacen sentir doce años menor, cuando no existía la tristeza y el mundo apenas se mostraba ante tus ojos llenos de preguntas y sueños.
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